¿Cómo lo lleváis, apasionados de la pala? Esta semana continuamos profundizando en las funciones ejecutivas en el pádel: hoy es el turno del control inhibitorio.
¡Seguid leyendo, porque el control inhibitorio os puede servir para reducir la frecuencia de cometer errores y aumentar vuestro autocontrol en la pista de pádel!
CONDUCTAS AUTOMÁTICAS E IMPULSIVAS: ¿QUIÉN CONTROLA A QUIÉN?
Todos, sin excepción, somos culpables de haber sentido, pensado o hecho algo inapropiado en determinada ocasión por no habernos detenido a tiempo para “pensarlo», ¿verdad?
Por ejemplo: alguien nos habla y, de pronto, nuestro cerebro decide actuar sin consultárnoslo previamente y acabamos emitiendo una respuesta desacertada y poco meditada.
La expresión que más fielmente describe estos casos (que por lo general nos producen vergüenza, frustración o arrepentimiento) es “se me han cruzado los cables».
¿Pero qué es exactamente lo que subyace a este tipo de eventos? Muy simple: hemos cedido al impulso de realizar una conducta automática, como decir lo primero que se nos ha pasado por la cabeza.
Recordemos que nuestro cerebro está continuamente ocupado en percibir estímulos, en interpretarlos como información con significado y en dirigir y elaborar respuestas…
Pero es que claro, pasa una cosa: a veces, nuestro cerebro, humano como es, se satura, mete la pata y se equivoca. ¡Es natural!
Afortunadamente, esto no ocurre a menudo porque disponemos de un “filtro» cognitivo especializado en evitar estos sucesos. A este filtro lo llamamos control inhibitorio.
¿QUÉ ES EL CONTROL INHIBITORIO?
El control inhibitorio es una función ejecutiva muy particular que se ocupa de regular y “frenar» conductas no deseadas que, de otra forma, fluirían desbocadas.
La inhibición es clave para adaptarnos exitosamente a situaciones desafiantes, ya que nos permite detener nuestras conductas para reaccionar lo antes y lo mejor posible.
Imaginad que no tuviésemos medios para gestionar nuestros instintos, nuestras acciones o nuestras palabras: ¿realmente seríamos tan diferentes del resto de los animales…?
El control inhibitorio interviene en procesos cognitivos como el aprendizaje, la atención, el razonamiento, la flexibilidad cognitiva, la toma de decisiones, la memoria de trabajo…
Su importancia es tal, que, para muchos autores de la psicología, el control inhibitorio es el coordinador jefe del resto de las funciones ejecutivas.
Ahora, veamos con detenimiento las dos principales labores del control inhibitorio:
CONTROLAR IMPULSOS Y CONDUCTAS AUTOMÁTICAS
El control de impulsos es la funcionalidad más característica del control inhibitorio y se traduce en reprimir voluntariamente determinadas conductas, pensamientos y emociones.
Es una capacidad especialmente útil no sólo para impedir su inicio, sino también para interrumpir conductas impulsivas no deseadas cuando se encuentran en plena ejecución.
Además, gracias al control inhibitorio, podemos minimizar la comisión de nuestros propios errores, ¡Lo que puede salvarnos más de un punto durante el partido!
Es más: ¿Recordáis nuestro post de la técnica de detención del pensamiento? ¡Pues el responsable de su efectividad no es otro que el control inhibitorio!
Los procesos atencionales son esenciales en el control inhibitorio, ya que para “cancelar” un comportamiento, primero tenemos que percibirlo y ser conscientes de su presencia.
De hecho, cuando la atención y el razonamiento están ausentes, surgen las conductas automáticas… Y malas noticias: como son “inconscientes», regularlas es tarea complicada.
Este tipo de conductas dificultan nuestra capacidad de autocontrol porque escapan del “filtro cognitivo» a más velocidad de la que este logra actuar. ¡Son escurridizas!
Precisamente por esto, es importante que nos esforcemos para evitar instaurar conductas automatizadas que puedan entorpecer y ralentizar el desempeño de nuestro control inhibitorio.
Identificar qué conductas, pensamientos y emociones os surgen “en piloto automático» jugando al pádel es el primer paso para ponerles fin y aumentar vuestro autocontrol.
FACILITAR LA SELECCIÓN DE CONDUCTAS
La segunda funcionalidad del control inhibitorio tiene lugar prácticamente al mismo tiempo que el control de conductas automáticas y está orientado a facilitar la toma de decisiones.
Mediante el control inhibitorio, podemos distinguir correctamente entre estímulos relevantes y distractores y, en consecuencia, aprobar conductas o desestimarlas para alcanzar objetivos concretos.
Esto es producto del trabajo en equipo junto a otras funciones cognitivas, entre las que destaca el tándem con la flexibilidad cognitiva, que ya conocéis.
A través del control inhibitorio, corregimos, improvisamos y sustituimos unas conductas por otras pudiendo obtener mejores resultados en el proceso.
¿Y qué es lo que hacemos cuando ponemos en práctica algo que nos hace progresar en la pista? ¡Aprender de ello y seguir aplicándolo!
BENEFICIOS DEL CONTROL INHIBITORIO EN PÁDEL
Si a estas alturas aún no habéis asimilado lo que el control inhibitorio puede implicar para un jugador de pádel, ¡Descuidad, que para eso estamos!
Un jugador de pádel con un control inhibitorio ágil y activo:
- Detecta a tiempo un mayor número de pensamientos, conductas y emociones automáticas e impide que lleguen a producirse.
- Posee un mayor autocontrol de sus impulsos en sus facetas cognitiva, conductual y emocional.
- Se anticipa y reacciona antes a los cambios de juego imprevistos, aprovechando el potencial de las oportunidades favorables.
- Domina el funcionamiento de sus procesos atencionales y gestiona su capacidad de concentración según las circunstancias.
- No malgasta conductas motoras ni gestos técnicos innecesarios, y economiza sus niveles energéticos y de fatiga.
- Discrimina claramente entre los pros y contras de las tácticas y decisiones de juego, adaptándose y poseyendo un abanico de posibilidades y recursos más amplio.
- Comete errores en menor grado de frecuencia y gravedad.
- Sabe conservar la calma y el estado de ánimo competitivo incluso en situaciones de desventaja.
- No pierde la concentración tan fácilmente ante las provocaciones, críticas e intimidaciones de los rivales.
- Su compromiso e involucración con el pádel están marcados por un clima motivacional intrínseco.
CONCLUSIÓN Y EJERCICIO PRÁCTICO
Como habéis podido comprobar en el post de hoy, el control inhibitorio es una función ejecutiva con una gran cantidad de aplicaciones en el pádel.
Potenciar vuestro control inhibitorio es potenciar vuestro rendimiento como jugadores, así que queremos compartir con vosotros este video de la Asociación ASPID.
Se trata de una mini-ponencia que nos ha encantado porque resume brevemente y de forma didáctica la relación entre la atención y el control inhibitorio.
Lo mejor es que incluye un ejercicio que os va a servir para ser conscientes de cómo funcionan ambos procesos cognitivos cuando se combinan.
Os avisamos de que empieza siendo muy fácil… ¡Pero luego se va complicando!
Si os interesa el fenómeno que explora esta actividad, que deriva del famoso efecto Stroop, os recomendamos este genial artículo de psicologíaymente.
¡Hasta la semana que viene!
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