Por fin volvemos a jugar torneos.
Los y las que me leéis cada semana seguro que habréis jugado algún torneo amateur. Yo tengo la suerte de participar en un circuito que se llama Padelcrush. Se celebra en Barcelona y consta de 15 etapas anuales, este año queríamos hacer 20.
Llevamos desde octubre parados por culpa de las restricciones sanitarias y/o gubernamentales.
Que ya sabemos que eso va como va. Depende de en qué punto de España vivas puedes salir o no, jugar o no y cenar fuera o no. La culpa no es de nadie en concreto y de todos. No entendemos a los dirigentes, aunque suponemos que lo hacen por el bien del país.
Escribo a toda prisa porque esta noticia tenía que salir hoy lunes. Anoche me llegó un mensaje del vicepresidente de la Federación Catalana de Pádel, Dani Vives, al que aprecio el gesto. Él sabe lo preocupados que estamos los organizadores de eventos.
Me decía Dani: «esperemos que esto ya no tenga vuelta atrás». Y yo también.
Jugar torneos amateurs es nuestro WPT. Es un día grande que se repite 1 vez al mes. Visitas un club nuevo, juegas contra gente que no conoces. Te reúnes con amigos que no veías desde el mes pasado. Ríes, saludas, te tomas una cerveza. Esos nervios…
Vas con tus hijos y tu mujer, o con tu grupo del pueblo, o tus amigos del trabajo, de tu club. Luces tu último modelito recién estrenado. La pala que siempre querías tener te ha caído estas navidades y ahí estás tú, como Excalibur, levantando la pala al aire.
Estoy muy contento, y seguro que otros circuitos como el nuestro también. La Liga de Pádel Barcelona, el circuito Publidep, el Vueling Cup, La Women Padel Week, El X-Palas…y tantos otros.
Por eso creo que hablo en nombre de todos: volved respetando las medidas sanitarias. Mantened un espacio suficiente. No os olvidéis de la mascarilla. Dadle un repaso a las manos con el gel que os ponemos gratuitamente.
Que la vuelta no suponga otro parón. No queremos surfear más olas, lo nuestro es el pádel, no el paddle-surf.
Os escribo emocionado porque ya tengo ganas de ver a nuestros padelcrushers. Un montón de gente que no tenemos ni idea de jugar bien a pádel. Somos muy paquetes (y paquetas, que las chicas son mayoría en nuestros torneos) pero nos encanta este deporte.
Me voy a ir a trabajar hoy con la camiseta de algún torneo debajo del jersey. Que no se vea pero que ya la sienta.
Hace poco hablaba con mi querido doctor Ángel Bigas, de La Clínica del Pádel. Estábamos muy contentos porque el Gobierno había declarado el deporte como algo esencial. Me dijo: «Enric, este es el primer paso, ya no nos pueden cerrar de nuevo». Y acertó.
Ya tenemos fecha: 10 de abril. El día después cumpliré 45 años.
Una amiga mía dice que ahí es justo cuando llegas a la mitad de tu vida. Has tocado techo y la cosa empieza a bajar. Yo no lo creo. Al menos no del todo.
Me queda ver crecer a mis hijos. Me queda viajar a algún sitio que aún no he podido. Me queda enterrar a mis padres (espero que muy tarde).
Todavía no he pensado en qué haré cuando mi hija me traiga un novio (o novia) a casa. Quiero comprarme una casa en Menorca. Ver a mi mujer hacerse mayor.
Y todo eso empieza hoy. Porque los padeleros volvemos a la vida con esta gran noticia. No podía arrancar mejor el lunes.
La única pega es que he empezado una dieta. Hay que bajar 10 kilos sí o sí, que llega el verano y no aguanto 2 sets seguidos. Cosas de los cuarentones, ya me entendéis.
Os dejo que los niños me esperan, hay que llevarlos al cole. Brilla el sol aquí en la costa de Barcelona. Tenemos salud y, ahora, torneos de pádel. ¿Qué más se puede pedir?
Volvemos a jugar torneos. El virus no va a poder con nosotros. Musho pádel.