¿Cómo estáis, apasionados de la pala? Hoy queremos hablaros del arousal en pádel, uno de los factores clave en el pádel de alto rendimiento.
En este artículo de psicología de AnalistasPadel, os explicaremos qué es el arousal y por qué es tan importante aprender a gestionarlo en nuestro deporte favorito.
¡Vamos, que nos vamos!
¿QUÉ ES EL AROUSAL O NIVEL DE ACTIVACIÓN?
El arousal, o también llamado nivel de activación, es un estado cíclico en constante cambio que experimentamos prácticamente sin cesar.
Podría decirse que el arousal determina nuestro nivel de desempeño energético, desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos vamos a la cama.
Cualquier tarea que deseemos realizar a lo largo de nuestro día a día nos supone un gasto de “combustible energético«, ¿verdad?
Pues bien: el arousal dicta en qué grado hacemos uso de nuestros recursos fisiológicos y psicológicos para llevar a cabo conductas, como golpear la bola.
Cuando dormimos profundamente, nos posicionamos en uno de los extremos del continuo del arousal, ya que nuestra actividad conductual se encuentra bajo mínimos.
Por el contrario, lo que seguramente sentiremos al disputar el punto de juego en la final de un torneo será una sobreexcitación física, emocional y psicológica desproporcionada.
Los extremos rara vez son buenos, y con el nivel de activación pasa exactamente igual: lo ideal es situarlo en un margen de sano equilibrio.
Necesitamos la cantidad justa de arousal para rendir eficazmente sin que esta se nos descontrole, en cuyo caso seremos presa del estrés y la ansiedad.
¡Ni tanto ni tan calvo, como se suele decir!
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL AROUSAL EN PÁDEL?
Como ya hemos mencionado alguna vez en AnalistasPadel, el objetivo de todo padelero debería ser disfrutar jugando a la vez que mejora su rendimiento deportivo.
Y esto os interesa, porque en cuestión de rendimiento el arousal tiene mucho, pero que mucho peso.
Activarse y reaccionar como respuesta ante los estímulos es inevitable y natural, pero lo realmente relevante está en la fluctuación de la intensidad del arousal.
Volvamos al caso de antes de la final del torneo: ¿Os parecería “normal» afrontarlo sin sentir nervios ni motivación y con desinterés e indiferencia?
Ya os aseguramos nosotros que, de ser así, además de no ser muy “normal”, el rendimiento de la ejecución deportiva se vería afectado muy negativamente.
Cuando vivimos una situación desafiante y compleja, experimentamos un estrés físico y psicológico que nos espolea para luchar, perseverar y triunfar.
¡De hecho, a eso nos referimos cuando decimos que el estrés no es malo per se!
Aquí, el nivel de dificultad de la tarea adquiere un papel muy destacable, ya que influye en nuestro rendimiento deportivo de múltiples y diversas formas.
Es por esta razón, que nuestro arousal no es comparable cuando competimos contra un rival de nivel inferior al nuestro que cuando otro nos lleva de calle, por ejemplo.
Como no podemos alterar las capacidades de nuestros adversarios, es vital saber cómo funciona nuestro propio arousal para aprender a rendir lo mejor posible.
EL AROUSAL Y EL RENDIMIENTO: UNA RELACIÓN EN FORMA DE U INVERTIDA
Existen muchas teorías que vinculan arousal y rendimiento deportivo. En psicología, la más renombrada de todas es, sin duda, la teoría de la U invertida.
¡Precisamente, la imagen que encabeza el post de hoy es la representación gráfica de la teoría de la U invertida, así que nos será útil!
Si nos fijamos en ella, veremos dos ejes: rendimiento y arousal (excitación). Como podemos comprobar, el rendimiento se ve afectado según la intensidad de nuestro nivel de activación.
Ahora atendamos al punto más alto del gráfico: el máximo rendimiento es nuestra meta y sólo podremos alcanzarlo con el nivel de activación óptimo.
La cuestión es que no existe un nivel de activación óptimo objetivo como tal: cada uno posee su propio rango ideal de arousal y depende de uno mismo hallarlo.
Lo que sí tenemos que tener muy presente es que niveles de arousal insuficientes o excesivos repercuten, por igual, disminuyendo los resultados del rendimiento deportivo.
Es importante aclarar esto porque lo fácil es pensar que cuanto más intenso sea el arousal, mejor será la ejecución de las tareas… Pero sería un error, porque ocurre justo al revés.
Una activación desproporcionada puede generar fatiga muscular, desmotivación, bloqueo atencional, ansiedad disfuncional… o desarrollar el temido síndrome de Burnout, del que ya os hablamos.
En resumen: detectar, conocer y encontrar el “punto dulce» de nuestro arousal es prioritario para evitar subactivaciones y sobreactivaciones y aumentar nuestro rendimiento como jugadores.
DOMINAR EL NIVEL DE ACTIVACIÓN PARA ALZARSE CAMPEÓN
Como estaréis suponiendo, dar con el nivel óptimo de arousal exige un gran trabajo por parte del entrenador, el psicólogo deportivo y el propio jugador.
Aprender a identificar los patrones del arousal es algo más fácil de decir que de hacer, pero que, por fortuna, puede entrenarse y mejorarse.
En este sentido, el concepto de experiencia y la familiaridad con las dinámicas internas del pádel como deporte tienen mucho impacto en el arousal.
A lo que nos referimos con esto es a que es absolutamente normal que los padeleros noveles no sean especialmente conscientes de su propio arousal.
Ocurre lo opuesto con los jugadores expertos, que saben cuando tirar y cuando aflojar de su nivel de activación para rendir de forma eficaz y controlada.
Recordad que el mejor grado de nivel de activación no es el de mayor intensidad, porque es contraproducente: Debemos rendir al máximo de modo inteligente.
¡Y esto es todo por hoy! En nuestro próximo artículo, os explicaremos cómo detectar vuestro nivel de arousal y os daremos trucos y consejos para influir en vuestra activación.
Os recomendamos este interesante análisis acerca del papel que representó el arousal para Ale Salazar y Ari Sánchez en su victoria del pasado Valéncia Open.
¡Hasta el próximo post!
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