Ahí va la crónica de un fin de semana de pádel en Valencia.
No sabía cómo encabezar este artículo de opinión, así que simplemente describiré la maravillosa experiencia de pádel que tuve este fin de semana.
Conduciendo de vuelta hacia Barcelona, pensaba que la mayoría de vosotros/as deberáis descubrir lo que yo. Sé que es casi imposible. Pero si ahora os gusta el pádel, me imagino que ya no podríais dejarlo en vuestra vida.
Antes de nada quiero agradecérselo a la persona que lo ha hecho posible: Nuno Vasconcelos. Aunque me apena que haya tenido este tiempo libre para mí, ya que él tendría que haber estado a pie de pista disparando fotos para que todos los fans tengáis las mejores imágenes de este deporte tan bonito.
Nuno lleva diez años siendo el fotógrafo por excelencia de prácticamente todos los jugadores de pádel profesionales. Y de todas, por supuesto.
Nada más pisar Valencia nos esperaban Aranzazu Osoro y Victoria Iglesias, cenando con Pablo Aymá, su entrenador. Repetimos visita, ya que hacía poco estuvieron en Padelona, en la radio, con mi equipo.
Cenan ligeritas, están de competición. Y hablan de las chicas…y de chicos. Como prometí, no voy a soltar nada de lo que allí se decía. Agradezco enormemente que me trataran como a «una» más. Yo chitón.
Pero sí que puedo contar que me deleité preguntando por cosas técnicas del partido que venía, y del que tuvieron en cuartos (con dos roscos a favor). Pablo es un tío al que te quedarías escuchando toda la vida. Ahí tenía yo mi masterclass gratuita y no dudé en aprovecharla.
Mi imaginación y mi deformación profesional me llevaron a crear una escaleta imaginaria de cómo se verían estas secuencias en formato televisivo.
Al día siguiente, me sorprendió que me reconocieran las vigilantes de seguridad de la entrada al Pabellón de la Fonteta. Gracias Nani y equipo por vuestra simpatía. Esos son los momentos de privilegio que me otorga el haber trabajado junto a Javier Cárdenas.
Nuestro primer encuentro fue con Paquito Navarro, cercano, sevillano, amable. Recordamos el momento que nos regaló en mi programa y le deseamos suerte. Bromeamos con una foto de Arkosports y con su doble valenciano. Luego se metió un partido…podéis verlo en Youtube, sobre todo el segundo set contra Ale Galán y Lebrón.
He sufrido en mis carnes el talento de Delfi. Sin desmerecer a Tamara Icardo, ella fue la punta de lanza que se cargó a «mis chicas». Aún así solté varios gritos desde la grada con ese revés a dos manos de Victoria. Y blasfemé en argentino puro de Paraná cuando la vikinga fallaba alguna bola.
¡Qué finde, por Dios! ¿Aún no habéis disfrutado de ésto? ¿A qué estáis esperando?
Luego tuve el placer casi orgásmico de ver al Rey Bela y al Mago Sanyo. Se me hace rarísimo escuchar a Nuno llamarle Dani. Aún no me lo creo mucho. Qué manera de dominar el juego. La palabra es esa: dominio.
Y qué decir de la bestialidad de Tello. Os aseguro que asusta. Creo que un día tendremos que llamar a Carglass porque va a reventar una de las paredes de la cancha. El pabellón coreando el anuncio de Adeslas «Toda una vida…» a ritmo de Antonio Machín.
Degustamos la paella en un bareto sencillo. Esto no va de Ferraris y hoteles de cinco estrellas. Se puede disfrutar del mejor pádel del mundo por cuatro duros. Aprovechen ahora, señores, porque en cuanto entren los chinos, japoneses y demás potencias mundiales…miau.
Tenemos lo mejor en nuestro país. En este caso a unas horas en coche de mi casa. Con hoteles por 80 euros la noche. Os animo a que vayáis a Londres, París o Roma a buscar un hotel por ese precio.
Nos topamos con Alejandra Salazar y Gemma Triay. El abrazo entre Nuno y Ale me demuestra dos cosas: aquí la gente se quiere fuera de la pista. Y la segunda: Ale tiene una sonrisa perenne.
Gemma habla por teléfono con ese acento menorquín que me trae recuerdos de mi juventud en Es Mercadal. Sale del coche y charla unos minutos con nosotros. Alguien suelta lo de las bandejazas que ha metido Alejandra, y Gemma la abraza y la acoge como si fuera esa hermana mayor que adora y protege a su chiquitita.
Me siento un convidado de piedra. Quiero ser invisible por si alguien se siente tenso conmigo delante. ¡Pero es que todavía no he encontrado a nadie que no demuestre buen rollo y energía positiva!
Por conocer, conozco también a Miqui de In-Fusión Catering, el responsable de la comida de todo el evento. Anécdotas de la semana vienen y van. Risas. ¿Aquí no hay nadie antipático o qué?
Hablo con mi amigo David Calderón, gerente de Visiorama y capo de las gafas Addictive. Le cuento mis sensaciones y preparamos ya una acción para la temporada que viene.
Las finales me traen un espejismo. Me ha parecido ver a Jose The Best limpiando los cristales. Pero agudizo el oído y no suena Thunderstruck de AC/DC, así que no es él.
Conozco a Ellie, una chica italiana que ha viajado desde Roma, sola, para empaparse de pádel de miércoles a domingo. Así están de «locas» las padeleras italianas.
Los resultados son lo de menos, eso se lo dejo a mi compañero Javier Corrales. Pero decían que nadie es profeta en su tierra…eso ya no lo podrá escuchar Tamara Icardo. Las lágrimas de Nerone nos dignifican y humanizan a todos.
Y también que «los viejos rockeros nunca mueren»…y eso es lo que hemos paladeado con la exhibición del Rey argentino. El único a la altura de Messi.
Mi libreta se trae de vuelta varios proyectos. Ojalá que salga el que me trajo a este mundillo. Creo que si lo consigo, nos lo vamos a pasar muy bien todos.
No hay pastel sin guinda, ni verano sin beso.
Gracias a Teddy Puig conocemos a Gianluca Vacchi. Dicen que es el millonario más excéntrico del mundo. A mí me pareció un tío estupendo y humilde. Con una camisa tejana con pinta de desgarbada (aunque deduzco que es de marca de las buenas) y unos pantalones amarillos se hace una foto conmigo.
Sólo le escucho palabras de agradecimiento del italiano. «Grazzie, es un honor para mí conocerte, Aranza». – le dice a la Vikinga Ulrich -. Se lleva las manos al pecho, sonríe casi con rubor. Un señor que tiene 20 millones de seguidores hace mucho bien al pádel.
Y nos vamos. Pero es sólo un hasta pronto. Un romance de verano que seguramente alargaré con postales todo el otoño.
Me ha encantado conocerte, pádel.
Esta ha sido mi crónica de un fin de semana de pádel en Valencia. Habrá más. #mushopadel
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