Superligas, World Padel Tours y APTs.
Llevo toda la semana leyendo y escuchando sobre la Superliga de fútbol.
A todos nos gusta el fútbol. Lo malo es que no tiene ni punto de comparación con nuestro deporte favorito: el pádel.
El fútbol está bien, sí, pero el pádel es sublime.
¿Cómo vas a encontrar ese ambientillo y esa socialización en un campo de fútbol? ¿Y ese post-partido? Bah, ya os digo que no hay por donde cogerlo.
Por no hablar del papel de la mujer. En el pádel la mujer es multitud. No es una rara avis. Es una más de la pista.
Pues como os decía, vengo escuchando posicionamientos sobre si está bien esto de Florentino. Que si no hay que menospreciar al club modesto. Que si el fútbol es de los fans.
Y como suelo hacer, lo llevo todo a mi terreno. Al 20×10. Y creo que en nuestro terreno también hay mucho de Superligas.
La lucha mediática la tenemos entre detractores de una liga de élite, donde todos los partidos sean atractivos y no haya Rubines Kazanes en nuestro calendario. Donde veamos partidos casi cada día, y todos ellos sean para darle al REC.
El otro bando defiende que hay que promover la competición para los humildes. Que ahí emana la esencia del deporte en sí. Que se creó para diferenciarse de los deportes de ricos, léase las carreras de caballos, el cricket…
¿En nuestro pádel no veis algún símil?
Me pregunto por qué un jugador no puede disputar diferentes torneos a la vez durante la temporada sin recibir sanción. ¿Qué hay de malo en jugar un WPT a priori interesante para un jugador, y luego desplazarse a un APT?
¿Por qué se levantan muros para el aficionado? Al fin y al cabo ¡queremos ver pádel! ¡Y cuantos más partidos mejor! ¡Y desde previas!
Ahí va mi cupo de reivindicaciones por hoy. No os asustéis que no estoy exigiendo nada de manera oficial. Pero ya que estoy aquí aprovecho para proyectar lo que me llega en chats de aficionados como yo, en tertulias, en redes sociales.
¡Si hasta algunos jugadores se han atrevido a plantearlo en sus perfiles de instagram o tuiter! Y no unos cualquieras: Alejandro Galán, Mati Díaz o Gonzalo Rubio , por poner un ejemplo. Incluso un invitado de lujo: Dani Parejo en la retransmisión del viernes.
Y es que a mí ya me pueden contar milongas pero he llegado a la edad media trabajando más de la mitad de mi vida en televisión y creo que sé un poquito de tejemanejes en estos campos.
Ni los jugadores de fútbol van a hacer nada gratis, ni los dirigentes dejan de llevárselo calentito. Todos viven como marqueses en el césped de la pelotita. Chavales de 20 años multimillonarios con toda clase de lujos para el resto de sus días.
No es que yo abogue por el comunismo deportivo. Aquí el que tiene un don y entretiene al personal merece un premio. Lo de los directivos con traje y barriga ya no me convence tanto.
Yo quiero un mundo del pádel donde tengamos mucho a elegir. Mientras más competiciones mejor. Donde los jugadores y jugadoras no tengan vetos ni límites. Donde no necesiten dar clases para pagarse los desplazamientos a las competiciones.
Quiero circuitos donde puedan salir promesas como Chingotto o Tello. Retransmisiones que innoven como la ofrecida por Movistar en el Campeonato de España. Porque el mundo del pádel, por suerte, está en pañales.
Tenemos la suerte de que nos ha pillado en la mejor época. La expansión del pádel se está produciendo ahora y desde España. Así que démosle valor a lo que es «nuestro». Hagamos de este deporte un sitio mejor. Un oasis donde soñar. Un espejo donde mirarnos antes de entrar en las pistas de nuestros clubs.
Superligas, World Padel Tours y APTs. No importan los nombres, importan los jugadores.