¡Ya es lunes, apasionados de la pala! En el artículo de hoy, retomamos las funciones ejecutivas en pádel centrándonos específicamente en la flexibilidad cognitiva.
Hace unos días colgamos un post con información básica acerca de las funciones ejecutivas, de modo que, si os lo perdisteis, ¡Aquí tenéis el enlace!
¡Dicho esto, comenzamos con la flexibilidad cognitiva en el pádel!
LOS CAMBIOS ESTÁN PARA ADAPTARSE
Cuando éramos niños, nuestro cerebro tomó por nosotros una decisión que, sin nosotros saberlo, ha condicionado nuestras vidas: ¿Íbamos a ser diestros, zurdos o ambidiestros…?
La dominancia lateral es la preferencia que tiene nuestro cerebro para determinar con qué extremidades realizamos la mayor parte de las tareas y actividades cotidianas.
Así que, salvo que formemos parte del 1% mundial de población ambidiestra, es seguro que, o jugamos al pádel con la derecha, o con la izquierda.
Visualicémonos por un instante jugando como lo hacemos habitualmente: más que una cuestión de costumbre… Es que es lo que nos “sale» hacer naturalmente, ¿verdad?
Bien, pues ahora suponed que, por el motivo que sea, fuésemos incapaces de jugar al pádel con nuestra mano buena. ¿Qué ocurriría?
Nos veríamos forzados a enfrentarnos a una situación nueva y desconocida: aprender a jugar al pádel dependiendo exclusivamente de nuestra mano mala.
Esta experiencia sería ardua, por supuesto… Pero seguro que nos acabaríamos imponiendo y, dedicándole tiempo y esfuerzo, reaprenderíamos a jugar al pádel desde otro enfoque.
Esta capacidad para adaptarnos a las cambiantes exigencias del ambiente es posible gracias a nuestro cerebro en general y a la flexibilidad cognitiva en particular.
¿QUÉ ES LA FLEXIBILIDAD COGNITIVA?
Como ya comentamos en el artículo previo, las funciones ejecutivas nos permiten ajustar nuestras conductas, pensamientos y emociones en función de las demandas del entorno.
Estos procesos cognitivos garantizan nuestra supervivencia y, de entre todos ellos, la flexibilidad cognitiva destaca por su componente de adaptación a los cambios inesperados.
Para entender lo mejor posible en qué consiste la flexibilidad cognitiva es preciso explicaros sus dos aspectos característicos:
ALTERNANCIA:
Mediante la alternancia, podemos sustituir el grado de presencia de un pensamiento por el de otro, generando un ir y venir de información mental.
En otras palabras, la alternancia facilita el tránsito de nuestra actividad cognitiva, actuando de forma breve, veloz y, casi siempre, inconsciente.
De esto podemos extraer varias conclusiones: por un lado, significa que la alternancia representa a la perfección la capacidad adaptativa de la flexibilidad cognitiva.
Por otro lado, este “intercambio» de perspectivas para analizar la información del ambiente nos ayuda a diseñar y valorar nuevas estrategias para solucionar problemas eficazmente.
De hecho, cuando la alternancia saca la artillería pesada es en circunstancias repentinas o con las que no estamos familiarizados, puesto que adaptarse al cambio se convierte en una auténtica necesidad.
En consecuencia, la alternancia interviene decisivamente en la toma de decisiones, en los procesos atencionales, en el aprendizaje, en la empatía, etc.
¡Así que la próxima vez que vayáis a golpear la bola desde un ángulo que no os esperabais, recordad que estaréis usando vuestra flexibilidad cognitiva!
SIMULTANEIDAD:
A la flexibilidad cognitiva tenemos que sumarle otra cualidad tan útil e impresionante como la alternancia.
La simultaneidad es la habilidad para llevar a cabo procesos cognitivos al mismo tiempo y en paralelo.
La simultaneidad guarda mucha relación con la atención (concretamente con la dividida), y con funciones ejecutivas que veremos en el futuro, como el control inhibitorio o la memoria de trabajo.
Imaginad cómo serían nuestras vidas si sólo pudiésemos mantener en nuestras mentes un concepto a la vez: ¡No seríamos eficientes en absoluto!
Gracias a la simultaneidad, podemos operar con mayores cantidades de información, ahorrar tiempo y recursos y hacer cosas que nos resultarían literalmente imposibles sin ella.
BENEFICIOS DE LA FLEXIBILIDAD COGNITIVA EN PÁDEL
Hemos descrito qué es y en qué procesos participa, pero… ¿Cuáles son los beneficios de una flexibilidad cognitiva elástica y bien engrasada en el pádel?
¡Estad atentos, que lo que viene a continuación os interesa y mucho!
Un jugador de pádel con una flexibilidad cognitiva fluida:
- Sufre menos estrés y frustración en circunstancias de juego desfavorables y se adapta antes a los cambios de ritmo, tipo de oponente…
- Es más resiliente: asume la adversidad y la analiza desde distintos frentes para encontrar medios de sobreponerse y triunfar.
- Plantea y establece mejor sus propios objetivos de temporada a corto, medio y largo plazo.
- Juega con más confianza en sí mismo y en su pareja, ya que cuenta con un mayor número de elementos en su “caja de herramientas cognitivas”.
- Gestiona mejor sus capacidades de autocontrol.
- Medita acerca de sus propios errores para encontrar soluciones y así poder aprender de ellos y no volver a cometerlos en el futuro.
- Es consciente de que los cambios son oportunidades ideales para crecer personal y profesionalmente.
- Idea estrategias creativas y alternativas para preparar ocasiones ventajosas en el partido.
- Posee mayor dominio en la organización de sus pensamientos y en la ejecución de las conductas técnicas.
- Ejecuta procesos mentales simultáneamente obteniendo mejores resultados.
Resumiendo: un jugador que invierte en su flexibilidad cognitiva rinde mejor en la pista a nivel psicológico.
Y ya sabéis que eso implica buenas noticias para nuestro rendimiento deportivo, ¿a que sí?
RIGIDEZ COGNITIVA: EL EXTREMO A EVITAR
Como habéis podido comprobar, la flexibilidad cognitiva hace que nuestras actividades sean más llevaderas y nos permite alcanzar nuestras metas y objetivos.
Por esa misma razón, sería una lástima dejar que esta función ejecutiva se oxide y pase de ser flexible a ser rígida.
¡Y es que la rigidez cognitiva existe! Se asemeja a un nudo que impide que nos beneficiemos de la sana fluidez de la flexibilidad cognitiva.
Esta rigidez mental puede manifestarse como producto de la ausencia de un desarrollo óptimo de la flexibilidad cognitiva o a causa de diversos trastornos psicológicos.
En el primer supuesto, os alegrará saber que, gracias a la neuroplasticidad cerebral, siempre estamos a tiempo de realizar ejercicios para poner a punto nuestra flexibilidad cognitiva.
Con respecto el segundo caso, la mejor solución es acudir a profesionales de la salud mental para que nos ayuden a potenciar nuestras funciones ejecutivas.
Sea como sea, estar abiertos al cambio es el primer paso para adaptarnos a él, así que ahora ya lo sabéis: ¡La flexibilidad cognitiva es clave en el pádel!
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