Habrán observado los aficionados al pádel que desde el Master Final de Barcelona, que concluyó el pasado 22 de diciembre, no tenemos competición del WPT. Y esta desesperante situación para los amantes de este deporte se ha prolongado hasta el pasado día 2 de marzo de 2020.
Son, por tanto, casi tres meses de parón invernal, que ninguna gracia hace al aficionado, que quiere ver en acción a sus ídolos lo antes posible. Esta situación de hibernación, o parada prolongada durante tres meses, es fruto de varias situaciones.
La primera y más evidente es que el circuito WPT está dirigido por ex-jugadores argentinos. En concreto toda la gestión del WPT está a cargo de “SETPOINT EVENT”, cuya dirección técnica capitanea Hernán “Bebe” Auguste -exjugador argentino-.
La segunda es que el impulso y expansión del pádel mundial ha venido de la mano de los grandes jugadores argentinos: Fernando Belasteguin, Juan Martín Díaz, y en la actualidad Sanyo Gutiérrez y Maxi Sanchez, además de muchos otros históricos de este deporte venidos del otro lado del atlántico.
Esto ha supuesto que haya existido un tradicional reparto de calendario entre la época de primavera-verano en España, y la época invernal en Argentina. Debido a la expansión del papel en nuestro país y la entrada de grandes marcas patrocinadoras, el grueso del circuito se concentra en el calendario nacional. Sin embargo, sigue existiendo esa extraña suspensión invernal del circuito de casi tres meses todos los años.
Como sabemos, nuestros meses de invierno son los meses de verano en el cono sur, por tanto los jugadores, técnicos y directivos argentinos tienen sellado un pacto tácito de disfrutar del verano en Argentina, mientras que el aficionado se come las uñas y se pregunta a que obedece este parón tan prolongado.
Se puede objetar que ya hay muchos jugadores argentinos de primer nivel afincados en España, y que el descanso es necesario ya que mataría la gallina de los huevos de oro -tanto por quemar a los jugadores como a los aficionados-. Estas razones no son convincentes. No hay ningún otro deporte similar con este período tan largo sin competición de primer nivel. En tenis por ejemplo se para menos de un mes -este año días-. En golf no hay apenas interrupción. El fútbol termina en mayo/junio la liga y no comienza hasta mediados de agosto, pero cada año hay o bien Mundial, Eurocopa, Copa América, etc.
Olimpiadas. En pádel no hay absolutamente nada. Se decía que dar por televisión partidos de fútbol cada día, mataría la gallina de los huevos de oro, lo cual se ha demostrado falso ya que hay más audiencia, en más países y genera cada vez más audiencia.
¿Cómo es posible que un deporte en plena expansión pueda quedar congelado durante tres meses? Es inconcebible este modelo de negocio en el año 2020 y con gran demanda de pádel en toda Europa, en América, y faltando por explotar el gran mercado asiático, donde casi nada se ha hecho hasta la fecha. Entretanto los grandes protagonistas en sus casas y clubes, entrenando y jugando pachangas. Ya no estamos en los años noventa del siglo pasado, cuando se trataba de un deporte minoritario y elitista, estamos bien entrado el S.XXI y con una expansión y proyección brutales, por tanto, si los actuales dirigentes no lo quieren o saben ver esta nueva época y necesidades, que dejen sitio a nuevo gestores. La hibernación es buena para osos y serpientes pero muy nociva para los aficionados al Pádel.