Alejandro Galán es uno de los nuestros.
El trono del Rey Bela ya tiene sucesor. Es una máquina perfecta de jugar a pádel.
Humilde. Con cara de niño bueno. Sencillo. Educado. El yerno deseado.
La primera vez que hablé con él era pareja 1 del circuito. Cuando le pregunté por su posición me contestó que la buena era su hermana.
Sigue dando clases a domicilio de cómo dominar este deporte. Zarandeado desde el ímpetu extrovertido de su compañero, Juan Lebrón, Ale se dedica a lo suyo: defender, subir, volear, ganar puntos.
Esta mañana de domingo asistíamos maravillados ante la gesta del Capitán América, Álex Ruiz, y un renacido Stupa, que llegaban a la final de la mano de Carlos Pozzoni con un juego asombroso.
Pero el sábado nos sacudió la noticia de que el tío de Ale y Alba fallecía.
No es la primera vez que la enfermedad sacude a la familia Galán. Y recuerdo la emoción que sentí por dentro cuando, hace poco, le preguntaba con quién compartiría cama (en la entrevista con Sport Reset) y dejando a un lado extravagancias me respondía que con su tío, que ya no estaba entre ellos.
Este madrileño, gato, de barrio, está forjándose como el Iniesta del pádel español. Es y será un representante excepcional de los valores que transmite este deporte: talento, sacrificio, estrategia, físico y respeto.
Cuando Bela nos deje (en la pista, claro) la imagen del pádel en el mundo será española. De casta le viene al galgo, y no se equivocaron con el apellido por lo que veo.
En las distancias cortas es tímido pero tan educado y amable que hace que te sientas amigo suyo al mínimo resquicio.
Pudiendo llevar guardaespaldas y marcas caras italianas, es un tío normal que viste de corto, (Adidas, eso sí) y que no deja de sonreírte cada vez que hablas con él.
Alejandro, si me lees, te felicito. Y los demás, los miles de seguidores que consumís mis artículos, no penséis que lo hago por llevarme algo. Ya tengo su pala firmada, incluso una camiseta de mi equipo, Padelcrush.
Las guardaré como un bitcoin del año 2010. Y no necesito más. Bueno, sí. Quizá ver más partidos al nivel al que están jugando este par de marcianos.
Siempre reivindicamos que el pádel necesita de inversores, de expansión, de nuevas tecnologías. Quizá lo más importante es lo que ya tenemos: el icono. Alguien a quien seguir. Un deportista con mayúsculas en quien mirarse como en un espejo.
Me ha encantado que ganaras el torneo. Y me ha encantado verte besar el nombre de tu tío que llevabas en la manga de la camiseta. ¿Ves? En el fútbol no te lo hubieran permitido sin amonestarte.
Somos diferentes. Como deporte y como base de respeto. Que tu imagen traspase fronteras y cruce mares.
Desde Analistas vamos a aferrarnos a esa manga de la camiseta para recordar que la victoria va más allá del resultado.
Alejandro Galán, tú nos representas. Eres uno de los nuestros.