De Madrid al cielo. Eso venía yo pensando este domingo, de vuelta de otro finde apasionante de pádel.
El desayuno de Ari Sánchez viene con un número 1 en el ticket del restaurante. Me alegra muchísimo ver a mi musa, Paulita Josemaría, recuperada de esos 20 días de aislamiento por Covid.
No me imagino cómo estaría mi cuerpo después de tanto tiempo de encierro sin entrenar, y mucho menos arrasando en la final. Marta Marrero y Martita Ortega no estuvieron allí por casualidad. El sábado demostraron que no estaban muertas, sino Martas.
Batieron, por cabezonas, a Gemma Triay y Alejandra Salazar, poca broma. Puede que el talismán fueran las gafas con las que jugó Marta Marrero, las mías: Addictive. En todo caso, enorme el juego de las cuatro hasta llegar a la final.
Qué bonito encontrarnos a estas alturas de temporada sin saber quién va a ganar. Delfi y Tamara ya han sorprendido dos veces, Ari y Paulita tres. Pero Gemma y Ale también han ganado. Y Aranza Osoro y Victoria Iglesias se llevaron el Challenger en Marbella.
Y qué decir del lado masculino…
Volvió AIRgustín Tapia. Ha estado medio año en boxes pero ¡madre mía cuando se ha puesto las zapatillas NOX con cámara de aire! No ha parado de volar. De quedarse en suspensión para machacar a todo el que se le ha puesto delante en El Montecillo.
Menudo regalo de cumpleaños se hizo a sí mismo el de Catamarca. 22 añitos y, si llega a la longevidad de Lamperti o Bela, le quedan 20 años por delante para ser el número 1 del mundo.
Yo pensé que al estar jugando en una plaza de toros disfrazada de Templo del Pádel, Fernando Belasteguín vendría vestido con un traje de luces a la final. Viendo el recital que había venido dando estos días, la cosa estaba tocando clarines.
Gracias al invento de ponerle audio a los banquillos pudimos oir al propio Bela decirle a Sanyo que «estaba fallando todo, a ver si le podía meter algunas buenas al final». Me imagino a Messi diciéndome a mí: «Enric, a ver si puedo darte algún pase bueno para acabar el partido». No hay mayor prueba de la grandeza de este hombre.
Se quedaron Ale y Lebrón, como Stupa y Álex. Pero esto son picos de subida y bajada. Normales dentro de una competición de tan alto nivel.
Quiero destacar al Tiburón Maxi Sánchez. Lo del Valladolid no fue canción de verano. Con Lucho Capra están demostrando jugar de categoría.
Por cierto, no me quiero ir sin alabar la gran labor que está haciendo Seba Nerone. A la altura de Álex Corretja en la retransmisión del tenis. Es imposible enfadarse con un tío que narra bien, tiene criterio, proyecta energía y optimismo, y hasta es gracioso. Buenísimo fichaje de WPT.
Mando saludos (ya estoy como en Padelona) a Alberto Bote, con el cual despaché asuntos de Estado Padelero durante un buen rato. A Nico de Analistas Pádel, que se ha ocupado de cubrir todo el evento. A César Córdoba, campeón del mundo de K1, que estuvo atento a prácticamente todos los partidos de esta etapa.
Y a Aranza Osoro y Nela Brito, que me desvirgaron en el mundo de los Escape Rooms de miedo llevándome al que dicen es el top 1 de España: La Santa en Rivas-Vaciamadrid.
Y a mi compañero de viaje, enorme chófer rozando la Fórmula 1, que sabe algo de fotos (está empezando el chico) y cada vez que me desplazo tengo un álbum profesional gracias a él: Nuno Vasconcelos (@arkosports).
Ya me lo decían hace 25 años al llegar por primera vez a la capital: De Madrid al cielo. Con un poquito de pádel.