La temporada de los Superpibes está siendo sobresaliente y la evolución del juego de Martín tiene mucho que ver
Ayer, Martín Di Nenno y Franco Stupaczuk se alzaban con su segundo título de esta temporada. Vencían en la final a unos Paquito Navarro y Fede Chingotto que en ningún momento dieron la sensación de poder llevarse el título.
Este 2023 la mayoría de los focos están apuntando hacia Arturo Coello y Agustín Tapia, que han ganado todo lo que han jugado en World Padel Tour. Sin embargo, si el año de los Nº1 es de matrícula de honor, el de los Superpibes es de sobresaliente.
Martín y Franco no se han bajado de las semifinales en ninguna de las pruebas de este año. 5 semifinales, 4 finales y 2 victorias son los números que respaldan el trabajo de los Nº2 de la Race de 2023.
El mejor Martín de nunca
Uno de los causantes de esta regularidad y de estos números es la revolución del juego del drive argentino. Di Nenno está jugando su mejor pádel desde que es profesional y ha mejorado en muchos aspectos en los que antes podía sufrir.
La pegada
El más evidente es sin duda la pegada, el remate, el smash. En la época en la que compartió pista con Paquito, este era el aspecto que más se le atragantaba. Se quedaban bolas muertas o relativamente fáciles y Martín amagaba o buscaba la reja, en lugar de acabar el punto.
Puede que fuera una cuestión de confianza. Ahora Di Nenno la tiene, consecuencia de haberlo entrenado hasta la extenuación, seguro. Si se queda una bola fácil por la derecha, ‘Martinxo’ la define. Incluso desde media pista o cerca de la línea, el argentino se atreve a cerrar los puntos.
Ayer, de hecho, en la final de Francia, hubo muchos momentos durante el partido en los que era Franco el que trabajaba el punto y abría espacios y Martín el que lo acababa definiendo.
El picante
Está claro que la defensa de Martín siempre ha sido su mayor virtud. Pero es cierto que cuando los rivales se veían apurados atrás intentaban mandarle globos al drive porque las bolas que volvían no eran excesivamente difíciles de defender.
Di Nenno ha trabajado mucho este aspecto y ha conseguido ser mucho más picante, como decía Pozzoni, su entrenador. Bandejas y víboras más agresivas, que levantan menos, y que no permiten al rival defender con comodidad.
Muchas ‘patas’
Sin duda la que para mi es la mejor cualidad de los Superpibes. Llegan a todo, hacerles un punto supone un esfuerzo titánico. Cubren la pista con facilidad pasmosa y tapan todos los huecos.
Pueden estar pegados al cristal para hacer una bajada y al segundo llegan a la red para tapar la chiquita. Un trabajo físico digno de admirar. Y si a eso le sumamos que han conseguido reducir al mínimo el número de errores no forzados, desvelamos la fórmula de su solidez.
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