Entrevistamos en exclusiva a Maxi Grabiel. Los cambios de pareja, Coki y Jon, los micros en los banquillos y mucho más
¿Cuál está siendo tu labor ahora mismo en el mundo del pádel?
Bueno, estoy trabajando en StarVie, llevo la parte deportiva, la escuela. Y me dedico a viajar con los jugadores, soy entrenador de varias parejas. Mi vida ahora está fuera de la pista, como entrenador.
¿Cuántos años fuiste jugador de pádel profesionalmente?
Ahora tengo 47 y me retiré hace dos años. La primera vez que entré a un campeonato en Argentina, digamos al cuadro principal, tenía 16 años, puedes echar cuentas (risas)
¿Qué vida es más cómoda, la de jugador, desde dentro, o la de entrenador desde fuera?
En la de jugador digamos que en los torneos tienes que manejar más presión, pero el día a día es más fácil porque tienes más tiempo. Tienes un partido, después entrenas un poco, es más tranquila.
Como entrenador, en mi caso, que por suerte llevo a varios jugadores, estoy de un lado para el otro, preparando los partidos, entrenando con el uno y con el otro, y en ese caso es un poco más estresante. Aunque por otro lado, es mucho más gratificante. Cuando ganan tus parejas te hace muy feliz.
¿Cómo se enfocan los entrenos de jugadores profesionales que ya llevan tantos años entrenando? ¿Menos técnico y más táctico?
Es menos técnico, si. Evidentemente siempre se pueden corregir cosas y mejorar, pero cosas puntuales. La función del entrenador es muy emocional, aparte del apartado táctico, que es lo más importante en el pádel a estos niveles.
Pero la parte emocional, que haya un buen equipo detrás, que haya afinidad y compromiso, eso es fundamental.
¿En las semanas de torneo cómo son las rutinas de entrenamiento?
En el torneo, si por ejemplo juegan el miércoles, se suele viajar el lunes o el martes pronto para entrenar ese día allí, pero se entrena poco durante un torneo. Si van ganando partidos y juegan por la tarde pues por la mañana puedes tocar un poquito de bola.
Si juegan por la mañana ya no te da tiempo. Aunque, si ganan el partido de la mañana fácil o rápido entrenas un poco por la tarde, pero muy poquito. Más que nada enfocándolo a la pareja que te toca como rival, trabajando cosas específicas.
Este ha sido un año de muchos cambios de parejas, ¿cómo se trabaja como entrenador con proyectos que no sabes si van a ser duraderos?
La verdad que es difícil porque empieza una pareja, duran muy poquito, se rompe, cambian de compañero… Mi opinión personal con todo esto que estamos viviendo es que la tendencia será que cada jugador a nivel individual tenga su propio entrenador, su preparador, su equipo digamos.
Y en función de eso, si su compañero quiere venir a entrenar a la academia, viene, si no pues sigue con su propio equipo y ya después se juntan ellos para entrenar. Porque si no, tienes una pareja, se rompe, dejan de entrenar, se va con otro, viene otro nuevo, y es un jaleo.
¿Cambia mucho la charla en el banquillo cuando sabéis que está la cámara y cuando no?
No, se nos olvida mucha veces (risas), ya hemos metido la pata alguna vez. No con mala intención pero hablando de algún jugador: «que jugále a él, que falla por aquí, que tal..» En mi caso yo me suelo olvidar la verdad.
Al final estás metido en el partido y te olvidas, no estás pendiente de si está la cámara o no y dices lo que tienes que decir. Con Jon (Sanz) sobre todo tenemos que tener cuidado (risas) porque está un poquito loco.
Desde AnalistasPadel queremos volver a agradecer a Maxi su tiempo y su amabilidad y le deseamos mucha surte en todos sus proyectos.
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