La doctora Victoria Amorrich, especialista en Dermatología del Hospital Reina Sofía de Córdoba, responde a algunas de las preguntas más frecuentes en relación a la exposición solar, dándonos las principales claves acerca de las precauciones que debemos tener, sobre todo en verano, de cara a la prevención del cáncer de piel
¿Qué efecto tiene el sol en la piel?
El sol emite multitud de radiaciones, pero no todas atraviesan la atmósfera y no todas llegan a la superficie de la tierra. Los efectos biológicos más interesantes de la radiación solar sobre la piel los produce la radiación ultravioleta. A largo plazo ocasiona envejecimiento y cáncer de piel secundarios al daño sobre el ADN.
¿Cuáles son las consecuencias de los excesos de sol?
El sol nos causa daño por exposición solar aguda y crónica. El efecto más frecuente a corto plazo es el eritema solar o quemadura. Lo más habitual es el simple enrojecimiento, pero en quemaduras severas pueden aparecer ampollas, y en casos extremos puede hablar fiebre y afectación del estado general. Tenemos que resaltar la importancia de las quemaduras en la infancia, ya que es uno de los factores de riesgo para el desarrollo de melanoma en la etapa adulta.
De forma crónica, exposiciones solares diarias durante años, como la práctica del pádel al aire libre, se relacionan con el fotoenvejecimiento cutáneo y con el desarrollo de diversos tipos de tumores cutáneos. Los más frecuentes son el carcinoma basocelular y espinocelular. Además, el sol está involucrado en reacciones de fotosensibilidad y en el agravamiento de algunas fotodermatosis como el lupus.
Hemos hablado de los efectos que el sol puede tener como desencadenante de melanomas y cáncer de piel, pero ¿qué efectos estéticos tiene?
La exposición solar intensa y continuada produce envejecimiento cutáneo, que tiene una fisiología diferente al envejecimiento natural. En el envejecimiento fotoinducido encontraremos engrosamiento de la epidermis, xerosis, flacidez, arrugas, alteraciones en la pigmentación, telangiectasias y lentigos.
«Esta moda del bronceado parece que a la larga nos pasará factura«
Entonces, ¿cómo se puede conseguir un buen bronceado jugando al pádel sin afectar a la salud?
Exponiéndose de forma progresiva y con precaución al sol, evitando las quemaduras solares. Otra opción es el uso de autobronceadores, que no suelen producir alteraciones en la piel y nos permiten lucir un tono bastante natural.
¿Hay alguna otra enfermedad relacionada con la exposición al sol ahora que solo se puede jugar al aire libre?
Sí, existen una serie de enfermedades inflamatorias de la piel desencadenadas por el sol, y que empeoran en esta época de año. Son las llamadas fotodermatosis y entre ellas encontramos el lupus cutáneo, las porfirias y la erupción polimorfa lumínica.
Entonces, ¿el sol es siempre nocivo para la piel?
No, el sol además de tener otros efectos beneficiosos como intervenir en la síntesis de vitamina D y antidepresivo, actúa mediante su efecto antiinflamatorio mejorando enfermedades de la piel como la dermatitis atópica o la psoriasis.
¿Qué recomendarías concretamente en verano para cuando vayamos a estar muy expuestos al sol jugando al pádel?
Se debe evitar la exposición solar a las horas de máxima intensidad de radiación, que son las comprendidas entre las 12 y las 17 horas. Debemos utilizar, y de forma adecuada, los fotoprotectores.
¿Cómo se aplican de modo correcto las cremas de protección solar?
Se debe aplicar una media hora antes de la exposición en cantidad adecuada y repetir la aplicación tras el baño, sudor excesivo o cada 2-3 horas ya que el efecto desaparece. Ojo, ¡la fotoprotección no dura todo el día!
¿Y el melanoma que tanto nos preocupa?
El melanoma es una enfermedad de la piel en la cual se encuentran alteraciones en los melanocitos, las células que producen el color o pigmento de la piel, llamado melanina. El melanoma suele afectar a adultos, pero ocasionalmente afecta a niños y adolescentes. El melanoma es la forma menos común, pero más peligrosa, del cáncer de piel.
Los factores de riesgo del melanoma son personas que presentan antecedentes personales o familiares de melanoma, lunares que cambian de aspecto, gran número de lunares, piel clara y ojos claros, que se queman fácilmente con el sol y se broncean poco, con antecedentes de quemaduras solares importantes en la infancia o adolescencia, con trabajos y/o actividades frecuentes al aire libre.
Por todo ello, tenemos que ser conscientes, pero no alarmarnos en exceso, protegernos cuando estemos expuestos al sol y controlar nuestros lunares cada 1-2 meses. Si observamos lesiones pigmentadas nuevas o cambios en tamaño, coloración o bordes en alguna que tuviéramos debemos acudir al dermatólogo para su valoración.
Recomendaciones respecto al sol:
1. Evite la exposición solar entre las 12 h y las 17 h
2.Expóngase progresivamente al sol y evite totalmente las quemaduras solares
3.Renueve la aplicación de su protector solar con la frecuencia adecuada y sobre todo, después de cada baño
4.No utilice un fotoprotector para aumentar su tiempo de exposición al sol
5.Utilice un protector solar adaptado a su tipo de piel y a las condiciones de exposición al sol
6.No exponga al sol a los bebes
7.Proteja a los niños con camiseta, gorra y gafas de sol
8.Evite aparatos de bronceado artificial
9.Tenga en cuenta la reflexión de los rayos solares por el agua de mar, arena y nieve
10.Si advierte que un lunar cambia de tamaño, forma o color, consulte a su dermatólogo