Cada año, el baile de parejas es cada vez más frecuente, quedando muchos proyectos rotos y con una sensación de inestabilidad constante
No han pasado ni 7 torneos desde que empezara la temporada y ya se han producido hasta 23 cambios de pareja de los 50 primeros jugadores y jugadoras del ranking. Esos números hablan de lo complicado que es consolidar un proyecto hoy en día.
El “alud” producido por la parte alta del ranking
El 27 de marzo, Paquito Navarro y Juan Tello, anunciaban su separación tras el Open de Paraguay de World Padel Tour. Era el inicio de la avalancha de cambios que se iban a suceder.
Como también ocurriría en el circuito femenino, donde Bea González decidía separarse de Marta Ortega y volver con la que fue su compañera, la argentina Delfi Brea. Ambos, son ejemplos de cómo un simple cambio, desencadena una multitud de ellos.
Son pocos los que deciden apostar por su actual pareja y ven algo a largo plazo. La gran mayoría, al ser llamados por jugadores de mayor ranking, deciden cambiar para aspirar a rondas más altas, subir puestos en el ranking, e incluso, conseguir mejores sponsor que les ayuden a mejorar su carrera como deportistas profesionales.
De igual forma, se ha demostrado que no por jugar con alguien de mayor ranking, los resultados van a ser mejores. La suma de ambos es superior a las individualidades de cada uno.
Cada caso es único y no se puede generalizar. En ocasiones se crea una pareja exitosa y en otras, no salen las cosas como se esperaba.
No hay paciencia suficiente
Como diría el gran Seba Nerone, estamos en la época de la inmediatez. Esto significa que lo queremos todo cuanto antes. En este caso, esta afirmación también se puede trasladar al mundo del pádel.
Las parejas al unirse, buscan resultados prácticamente inmediatos y a veces, se acaban chocando con la gran competitividad que vive el circuito. Es ahí donde deciden, tras unos pocos torneos, unirse a otro compañero en busca de los resultados que no han podido alcanzar juntos, en vez de seguir apostando por la continuidad y la progresión de un proyecto a largo plazo.
Se puede observar fácilmente en el ranking cómo prácticamente, no existen parejas excesivamente longevas. Una imagen clara que nos ilustra la época que está viviendo actualmente el pádel.
Conclusión
El mundo de las parejas en el pádel es algo complicado. En ocasiones, las piezas no encajan, en otras hay un choque de caracteres fuertes, falta de paciencia, etc. Solo el propio jugador sabe realmente los motivos por los que decide cambiar.
Para el espectador, tanto cambio de parejas empezó resultando divertido ya que unía a los jugadores con los que tanto había fantaseado con ver juntos, pero cada vez, se pueden leer más quejas acerca de ello.
Hay quién dice que se debería regular de alguna forma (incluyendo jugadores), hay quién dice que todo debería seguir igual. Lo cierto es que, es bastante complicado porque no parece que vaya a haber una solución a gusto de todos.
En mi opinión, deberían ser los propios jugadores los que en caso de que se plantease un cambio, decidieran que es lo mejor para ellos.
Y tú, ¿qué opinas?
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